LAS RELACIONES LIQUIDAS
De unos años hacia aquí las relaciones entre las personas han ido deslizándose a un estilo líquido, tal como lo definió el eminente sociólogo Z. Bauman, entendiendo por este concepto la inconsistencia, fluctuación y fragilidad de los vínculos.
De unos años hacia aquí las relaciones entre las personas han ido deslizándose socialmente hablando hacia un estilo líquido, tal como lo definió el eminente sociólogo Z.Bauman, entendiendo por este concepto la inconsistencia y fluctuación de los vínculos. La ausencia o disminución de la comunicación personal directa se sustituye frecuentemente por interacciones en las redes sociales: WhatsApp, Facebook, Tik-Tok, Instagram....que en sí pueden ser un buen complemento que aporte información, pero no sustitutivos como sistema de la presencialidad.
En el ámbito especialmente de las relaciones familliares o de amistad, su abuso puede conducir a sensaciones de soledad o aislamiento que perjudican la salud mental, si además se añade este estilo habitual de comunicación por pantalla a determinadas problemáticas de personalidad que padecen algunas personas tales como: fobia social, baja autoestima, inseguridad... existe el riesgo de que la tendencia al replegamiento se retroalimente.
Las redes pueden convertirse en escaparates abiertos las 24 h donde se muestran imágenes forzadas de plenitud, alegría permanente, ensalzamiento de la imagen corporal etc. que no siempre se corresponden con la realidad que vive el sujeto, creando percepciones distorsionadas y falsas, a su vez esto puede incrementar la sensación de distancia comunicacional con los otros e insatisfacción permanente, ya sea el núcleo familiar, amistades, entorno laboral o académico.
La inconsistencia de los vínculos se refleja en muchas ocasiones también en las relaciones de pareja, en las que el compromiso se construye sobre bases débiles e incluso de carácter utilitarista como se señala en el libro Amor líquido.Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos (Z.Bauman) pudiendo entrar en un círculo vicioso en que los contactos son potencialmente sustituibles con rapidez, y a esa misma velocidad dejan un rastro emocional de vacío existencial.Conocer a alguien “en un clic” se presenta en la misma serie como si fuera la adquisión de un objeto, pero los seres humanos precisan de tiempo, palabras y conocimientos profundos para construcciones relacionales mas sólidas.
El buen uso que la tecnología pone a nuestro alcance pasa inevitablemente en pro de la salud mental, por ponerle límites, acotarla y que no se convierta en el becerro de oro de nuestros tiempos.