LA PERCEPCIÓN SUBJETIVA DE LA IMAGEN CORPORAL Y LA AUTOESTIMA PROFUNDA. LA DIALECTICA DE LOS ESPEJOS

11/04/2021
Gemma Cánovas Sau

La imagen perceptiva del propio cuerpo tiene mucho que ver pues con la autoestima profunda, no una autoestima superficial que sólo contempla la adaptación o inadaptación a unos cánones sociales establecidos, lo que se dice a menudo "una buena presencia".

Referirse a la percepción de la imagen corporal, inevitablemente conecta con la imagen que nos retorna el espejo, por un lado, el espejo no únicamente en el concepto de espejo físico en el que nos miramos a diario para arreglarnos, sino también aquel tipo de espejo en el que se percibe la imagen de la propia identidad. Así de esta forma interactúa la imagen que el espejo real nos devuelve, con el espejo interno que tiene que ver con la percepción subjetiva de cada persona, y no siempre ambos retornan la misma percepción. En esta dialéctica entre el espejo real y el espejo subjetivo se establece la concordancia o disonancia de la propia imagen del cuerpo real que podemos tocar y que analizan los médicos cuando es necesario. El cuerpo real está conectado al cuerpo emocional, la prueba de esto es que determinados estados emocionales pueden afectar al organismo y se pueden somatizar las emociones insuficientemente elaboradas psicológicamente y que el inconsciente sin embargo registra.

La imagen perceptiva del propio cuerpo tiene mucho que ver pues con la autoestima profunda, no una autoestima superficial que sólo contempla la adaptación o inadaptación a unos cánones sociales establecidos, lo que se dice a menudo "una buena presencia", sino tiene que ver con la aceptación global y profunda del ser en toda su dimensión, la  esencia de la identidad personal, con el conjunto de creencias, criterios, valores, aprendizaje vital, afán de superación, recorrido vital, limitaciones, etc. Siendo conscientes de que estamos siempre haciendo un camino evolutivo en que los errores y los fracasos forman parte también del proceso de crecimiento personal.

Una parte del discurso social nos muestra imágenes de cuerpos ideales: publicidad, series de televisión, revistas del corazón, moda .... Pero en el mundo real la diversidad de cuerpos es tan múltiple como la diversidad de personas. Estas imágenes sociales ideales  aunque actualmente se dirigen también a los hombres como posibles consumidores , sabemos que la presión tradicional está ejercida hacia las mujeres y hacia las aún niñas hasta el punto de que muchas madres se quejan de no encontrar en las tiendas ropa infantil a partir de los ocho o nueve años de  edad de sus hijas , favoreciendo así la precocidad desconectada de la etapa evolutiva, a veces  se pueden observar niñas con tacones o maquilladas para ir a la calle o en la escuela sin ser precisamente carnaval , son manifestaciones de  este estado de cosas. Las cirugías estéticas para modificar el tamaño de los pechos en adolescentes u otros tipos de modificaciones quirúrgicas innecesarias, especialmente en etapas vulnerables del desarrollo, son otro ejemplo de  estas influencias que conducen a la no aceptación del cuerpo tal como es y a la idealización de  un cuerpo standard, esta problemática situación que se puede considerar un síntoma social, asociada a posibles conflictos emocionales arrastrados con anterioridad , puede dar pie a trastornos de la alimentación en preadolescentes, adolescentes o también en la vida adulta.

Un ejemplo ilustrativo:  una niña de 9 años se pasaba horas en los probadores de ropa poniendo a prueba la paciencia de su madre, ya que ninguna opción de ropa le parecía que le quedaba bien, con todas se sentía "fea y gorda" según sus palabras, y solía volver a casa después de toda una tarde de tiendas sin adquirir nada . Esta misma muchacha que hacía psicoterapia en mi consulta, le confesaba a su tutora que no se gustaba nada, y esta profesional con toda la buena fe para ayudarla , le recomendaba que se situara frente al espejo de su casa y se dijera a sí misma: "soy estupenda y soy guapa" cada día, pero a pesar de estos esfuerzos el espejo siempre le devuelve  en la imagen subjetiva de  ella misma, una imagen desvalorizada que no tenía que ver únicamente por su cuerpo físico real , por la falta de  autovaloración personal profunda en otras áreas de su personalidad , como por ejemplo el no convencimiento de su potencial creativo, cognoscitivo, capacidad empática hacia los demás , etc , etc. ya que no podía siquiera destacar tres virtudes  cuando se le preguntaba al respecto. Cuando poder ir superando la percepción distorsionada de sí misma en otros aspectos y en paralelo, modificó también de forma progresiva la imagen corporal.

El concepto de salud evidentemente debe contemplar la salud corporal y esto quiere decir que si hay sobrepeso excesivo y miedo afectar a la salud personal, habrá que poner medidas al respecto, al igual que ocurre con un peso por debajo de lo recomendable, si los médicos así lo diagnostican. Esto tiene que ver con cuidarse sin obsesiones, estimarse de forma sana y no depender de determinados ideales de belleza insana impuestos desde el exterior.

El primer espejo que tiene un bebé cuando nace, es la figura materna que le devuelve el sentido de su existencia como sujeto diferenciado, a los 6 meses aproximadamente aparece lo que se define en la literatura especializada como "etapa del espejo" o "júbilo frente al espejo", el niño o niña se alegra cuando ve su imagen reflejada y esta alegría tiene que ver con el reconocimiento de su identidad, la base del "yo" , esta misma aceptación y satisfacción del hecho de vivir es la que debemos reencontrar a lo largo de la vida en sus diferentes etapas y no se trata de un narcisismo patológico, hay que aclararlo, sino de celebrar la propia existencia.